Las cañazas o
tacuaras (Guadua spp.) son un género de plantas de la familia de las poáceas.
En el año de 1806
fue descrita por Alexander von Humboldt y Amadeo Bonpland quienes vieron esta
planta en Colombia y la llamaron Bambusa guadua, luego en 1822 fue clasificada
por Carl Sigismund Kunth como Guadua angustifolia. Se considera como una de las
plantas nativas más representativas de los bosques andinos
Este recurso se
utilizaba ya desde épocas remotas por parte de los primitivos pobladores de los
Andes, y actualmente sigue siendo usada, especialmente en la región
centro-occidental de Colombia.
No se sabe a
ciencia cierta el origen de la palabra guadua, aunque ciertos especialistas
creen que podría ser venezolano. Estas versiones emergen de las variantes
“Guadúas”, “Guaja” con las cuales se conoce esta planta en este país. Y también
se suele emplar el término "guasdua" como nos recuerda la ciudad de
Guasdualito, en Venezuela.
Distribución territoria:
Desde las zonas tropicales de México hasta el sur en la Argentina, exceptuando Chile y las islas del Caribe, la guadua crece en todos los países de Iberoamérica y en buena parte de los países asiáticos. En Argentina el género Guadua se ve representado por G. chacoensis, G. trinii, G. ramossisima y G. paraguayensis. El término tacuara se usa en el Río de la Plata para nombrar cañas de origen asiático, como Phyllostachys aurea.
Desde las zonas tropicales de México hasta el sur en la Argentina, exceptuando Chile y las islas del Caribe, la guadua crece en todos los países de Iberoamérica y en buena parte de los países asiáticos. En Argentina el género Guadua se ve representado por G. chacoensis, G. trinii, G. ramossisima y G. paraguayensis. El término tacuara se usa en el Río de la Plata para nombrar cañas de origen asiático, como Phyllostachys aurea.
Uso:
Su uso es tan
antiguo que, según el libro ‘Nuevas técnicas de construcción en bambú’ (1978),
en el Ecuador se han encontrado improntas de bambú en construcciones que se
estima tienen 9500 años de antigüedad.
Puentes colgantes
y atirantados de impresionante precisión de ingeniería, poderosas embarcaciones
así como flautas, quenas y marimbas, fueron realizados por los incas con este
recurso durante la época de preconquista, y después de ella durante la colonia,
la especie fue la encargada de proteger a los indios y hasta pequeños pueblos
del asedio de los españoles escondiéndolos tras sus espesuras.
Colombia, Ecuador
y Panamá son los países de América que registran mayor tradición de uso, de
hecho en estas zonas existieron las mayores extensiones de la especie en el
continente.
En Colombia la
guadua ha sido sometida a grandes presiones deforestadoras; de extensas áreas
existentes ha pasado a pequeñas manchas boscosas ubicadas en las orillas de los
ríos y en los bosques húmedos de las laderas de montaña, especialmente en los
departamentos de Quindío, Risaralda, Caldas, Tolima, Valle del Cauca,
Cundinamarca y Santander.
En la conquista
española y, mucho después, la colonización antioqueña al viejo Caldas, la
guadua fue un importante material empleado en la construcción de sus casas, de
los utensilios caseros, herramientas de caza, ganadería y agricultura y hasta
los acueductos.[1]
Aprovechamiento:
El
aprovechamiento es una práctica silvicultural de mantenimiento y mejoramiento
del guadual. Puede definirse como una práctica silvicultural que procura crear
condiciones favorables en el guadual, lo que implica el mejoramiento de la
regeneración natural y de la composición estructural, que aseguran el máximo
rendimiento sostenible. El aprovechamiento no solo pretende obtener los máximos
ingresos posibles del recurso.
En los bosques de
guadua, el proceso de sucesión, se puede considerar como progresivo cuando su
manejo muestra el guadual en equilibrio biológico, contrario cuando se produce
alguna alteración o deterioro en su estructura, producto de una intervención
natural o artificial caso en el cual se considera que el guadual comienza a
presentar una sucesión regresiva, lo cual puede ocasionar su completa
desaparición.
Para evitar lo
anterior es necesario conocer y diferenciar todos y cada uno de los elementos
que conforman el guadual. Su conocimiento permite aprovechamientos técnicos,
además de conocer su dinámica dentro del proceso de productividad del guadual.
Entre las causas
que ocasionan la llamada sucesión regresiva del guadual está el no manejo, ya
que si los guaduales no se aprovechan tienden a degradarse por exceso de
individuos en determinado momento y/o por disminución de la actividad biológica
o dinámica del guadual.
Por lo expuesto
anteriormente los guaduales deben intervenirse periódicamente para regular el
espacio vital de sus individuos y para favorecer una mayor aparición de
rebrotes o renuevos. En Colombia, se han realizado investigaciones sobre
aprovechamientos técnicos debido a que la gran mayoría de bosques se encuentran
muy densos por falta de manejo, o muy intervenidos por una explotación
antitécnica.
Es necesario
determinar para cada sitio, el ciclo de corte o periodo de corte a transcurrir
entre un aprovechamiento y otro, y la intensidad de corte, o sea la cantidad y
clase de individuos a extraer en cada ocasión, siendo esto lo que constituye
propiamente el Plan de manejo técnico de un guadual.
Con el
aprovechamiento técnico se busca obtener un equilibrio en el bosque, en el
ambiente y que a través de él, se obtengan ingresos según el manejo sostenible
del recurso.
Los planes de
manejo se basan casi exclusivamente en el número de guaduas adultas o “hechas”
que reporte el inventario de existencia, es decir, la importancia del rodal se
limita al número de guaduas aprovechables.
Los
aprovechamientos comerciales se basan principalmente en el sistema de entresaca
determinando la cantidad de tallos en porcentajes de acuerdo al estado de cada
guadual y la edad de corte, planteándose como la ideal, cuando la guadua cambia
de color, pues se pasa de verde a amarillo, siendo invadida por líquenes que le
dan la tonalidad ceniza, blancuzca o “rucia”, produciéndose esta coloración
aproximadamente a los 5 o 6 años de edad del tallo.
Para conocer el
aprovechamiento, es necesario conocer una serie de conceptos técnicos que
ayudaran a hacer aprovechamientos más racionales.
Conceptos
básicos de aprovechamiento:
Ciclo
vegetativo:Es el tiempo
transcurrido desde la aparición del rebrote continuando con todas sus fases
vegetativas hasta la inactividad total de la planta o fase de secamiento del
tallo.
Turno: Es el tiempo transcurrido desde la
aparición del rebrote hasta el momento en que es aprovechado como guadua.
Tiempo de
pausa o de paso:Es el
tiempo que permanece la guadua en determinada fase vegetativa, antes de pasar a
una fase inmediatamente superior.
Los aprovechamientos
técnicos se basan en la extracción de un porcentaje determinado de guaduas
maduras o "hechas" únicamente, lo que implica conocer muy bien las
fases de desarrollo de un guadual, fácilmente distinguibles a nivel de campo, a
saber:
Rebrote o Renuevo: esta primera fase de desarrollo del guadual
comprende desde la aparición del rebrote hasta cuando llega a su máxima altura,
sin presencia de ramas apicales o superiores; a veces aparecen ramas basales o
ganchos. En esta fase el tallo siempre está cubierto por hojas caulinares o
"capachos" tanto en su parte basal o bajera, como en su parte apical
o superior. Los entrenudos son de color verde intenso y presentan dos bandas
blancas en cada nudo, llamadas bandas nodales, compuestas de pubescencia(pelusa).
Los rebrotes nunca se deben cortar.
Guadua Juvenil o "Biche": en esta fase, el tallo elimina
todas sus hojas caulinares de su parte superior y conserva las basales. Hay
presencia de ramas apicales y crece gradualmente el follaje de la planta. Los
entrenudos son de color verde intenso y las bandas nodales se siguen apreciando
claramente. Los tallos en esta fase tampoco se deben cortar.
Guadua Adulta, Madura, o "hecha": el tallo se cubre de manchas liquenosas,
se atenúan las bandas nodales y aparecen algunos musgos en los nudos, no hay
hojas caulinares en ninguna parte del tallo y la guadua adquiere su mayor grado
de resistencia. Por el color blanquecino se les denominan "Guaduas
Rucias" y generalmente se encuentran en el interior del guadual. Son las únicas
guaduas que se pueden aprovechar.
Guadua Seca: no hay presencia de follaje y los tallos son de
color ocre o amarillo pálido. No se deben dejar llegar los guaduales a ese
estado por cuanto en él, los tallos pierden su resistencia y además se está impidiendo
la generación de chusquines o rebrotes.
Ciclo de
corte:Es el tiempo
transcurrido entre dos aprovechamientos sucesivos sobre un mismo bosque. Este
depende de la posibilidad del guadual. Lo primordial para el corte de una
guadua es tener en cuenta los cambios de luna por eso es recomendable cortarla
en luna menguante ya que esta ejerce presión sobre el agua llevándola hasta su
raíz y así esta la guadua en mejor condición para su aprovechamiento. También
debemos tener en cuenta las manchitas blancas que les aparecen desde arriba
hasta abajo.
Posibilidad: Es el volumen o número de guaduas que se
pueden aprovechar en un periodo determinado buscándose asegurar el máximo
rendimiento sostenible. La posibilidad depende del producto deseado, de la
composición estructural, de la dinámica en la regeneración natural, del turno,
del tiempo de pausa y del área a aprovechar.
Plan de manejo técnico: El plan de manejo técnico lo constituyen el
ciclo de corte, la intensidad de corte y las técnicas de aprovechamiento.
Técnicas de aprovechamiento: Para la extracción de cualquier cantidad
de tallos de un guadual, es indispensable obtener la licencia de
aprovechamiento y tener en cuenta que los aprovechamientos deben estar
supervisados por profesionales competentes.
Una vez conocidas
las fases de desarrollo del guadual se procede a realizar muestreos, donde se
contabiliza el número de individuos (tallos) por cada fase de desarrollo. Esta
labor se efectúa a través de parcelas de muestreo de 10 m x 10 m x 10 m en
cuadro.
El número de
tallos a entresacar está sujeto a estudios técnicos que determinen la
intensidad o índice de corte.
El
aprovechamiento de los tallos debe estar dirigido a los maduros, pero dentro de
esta fase se deben seleccionar los más avanzados, analizando las características
ya mencionadas.
Conociendo el
número de guaduas maduras o "hechas" por hectárea, se puede extraer
un porcentaje de este tipo de guaduas. El índice de aprovechamiento
generalmente es del 35% de guaduas maduras. Aprovechamientos mayores implican
desbalances fisiológicos del guadual y susceptibilidad a volcamientos de
rebrotes y guaduas jóvenes ocasionados por borrascas, vientos fuertes,
vendavales y tempestades.
La entresaca debe
hacerse uniformemente en toda el área del guadual y los cortes de los tallos
deben realizarse a la altura del primer o segundo nudo y a ras. Se deben evitar
los cortes que dejan una concavidad o "pocillo", la cual favorece
depósitos de agua que ocasionan pudriciones de la planta.
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